La entrada de hoy va para todos aquellos apasionados por la historia de España, y en concreto de la Guerra Civil. Viajamos a Torrellano, vecina ciudad de Alicante, y pedanía de Elche.
¡¡Ojo que la «pedanía» cuenta con 7.173 almas en sus calles!! Pero es cierto que ésta no destaca por tener grande monumentos o una larga historia llena de batallitas y hechos insólitos. Nada que ver… por eso ayer caí de mi caballo cual Saulo de Tarso cuando, boquiabierto, quedé admirado por mi descubrimiento. Bueno… del caballo no, peor sí de la bicicleta.
Nuestro viaje de hoy lo haremos en bici, y así inauguro una nueva sección para ciclos, aunque bien se puede hacer como ruta de senderismo… o coche claro está.
El recorrido que os propongo lo hice el día 19, fue hasta Elche pero hoy tan sólo llegaremos a Torrellano que son unos 10 Km. aproximádamente por el llamado “camino viejo”. Se parte desde el CC Puerta de Alicante y seguimos la Vía Parque (A-79): doble carril, arcén ancho, vía de servicio y lo más importante, carril bici. Transitado por biciclistas, caminantes, corredores y domingueros que tienen por allí sus fincas, así que tranquilos, no estaréis solos.
En el margen izquierdo a la altura del IFA (Institución ferial alicantina), junto a la carretera, hay una pequeña mole de hormigón… que a poco que uno tenga educada la vista descubrirá por las visibles troneras y el paraje en el que se enclava que se trata de una fortificación de la pasada guerra civil (1936-1939). En concreto de un nido de ametralladora (un búunker para la artillería) en perfectas condiciones que se alza impasible sin inmutarse por el paso del tiempo… de ahí mi grata sorpresa.

Búnker del tipo «artillero». Instalación para proteger y custodiar cañones, ametralladoras y municiones en la defensa activa de una zona.
Tardé “cero coma” en echar pie a tierra y desmontar de mi cabalgadura. Me acerqué, lo exploré, lo toqué y lo fotografié (pensando en vosotros queridos lectores y en mis amigos de Trowel School Archaeoholidays).
Se trata de una construcción sólida de hormigón armado que tiene forma de ocho. En la cara principal que mira a poniente (dirección Torrellano), se cuentan tres grandes aspilleras horizontales para acoplar las ametralladoras; éstas tuvieron que estar tapiadas hasta hace poco, de hecho alguna aún se conserva así. Nada en la cara trasera, tan sólo un pequeño agujero fruto del vandalismo y la poca consciencia de la gente… como las pintadas que sufre todo su entorno. Ahora bien… ¿por donde se accede al interior? Pues queridos lectores míos… lo tendrá que descubrir Iker Jiménez en Cuarto Milenio, porque yo me rendí después de marearme dando vueltas sin ver nada, ni tapiado ni sin tapiar.
Si uno levanta la vista y mira el horizonte levantino comprende rápidamente su posición estratégica. Se sitúa en el paraje del Portichuelo, una especie de pequeño “puerto de montaña” cuyas vistas privilegiadas controlan perfectamente un vasto territorio que daría acceso a la vieja carretera de Alicante.
Las tropas leales a la República, en su afán de proteger la ciudad de Alicante por la importancia de ésta gracias a su puerto, ordenó a sus zapadores que fortificasen los lugares más estratégicos. Éste es un ejemplo de los muchos que aún se conservan (y que espero contaros).